DRAMA Lo que está ocurriendo es de extrema gravedad.


En la comunidad Mapashira de Manaure nunca ha llegado un carro tanque con agua.
La desnutrición crónica en los niños se evidencia en el cabello de dos colores,
el bajo peso y las barrigas abultadas. Foto: Jose Guarnizo



Hay pueblos de La Guajira que huelen a gasolina. Porque en muchos de ellos, sobre todo en los del norte, hay más gasolina ilegal que agua. Es decir, circula más líquido para poner a funcionar un carro del que se necesita para mantener con vida a los niños. La combinación de esos dos problemas es una bomba de tiempo: ese departamento, que el país ha olvidado, está al borde del colapso.

FUENTE: http://www.semana.com/

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